The apparent Hitlerian legality
* Adrián Lozano
La República de Weimar transitaba momentos muy difíciles
antes del año 1933 en Alemania. Tenía una constitución que establecía un
sistema representativo, republicano y federal, pero en estos tiempos se debía
recurrir a la facultad presidencial de declarar “estado de emergencia” para
poder aprobar las leyes debido a las
divisiones internas existentes en el Gobierno.
En 1932, el
presidente Hindenburg, nombró Canciller a Adolf Hitler con la intención de que
este le proporcionara el respaldo popular que no tenía y que tanto necesitaba.
En poco tiempo todo cambió, los NAZIS derrocaron el Parlamento, destruyeron el
sistema judicial, sembraron el miedo en la región, crearon la Gestapo y los
campos de concentración.
Alemania estaba en
crisis y Hitler supo descifrar las demandas que existían en la sociedad y
transformarlas en operaciones de Estado que dieran forma a los planes que él
tenía para el futuro del país. Antepuso actitudes firmes que dejaron en
evidencia las debilidades de la República de Weimar. Entendía que debían
recuperar los valores morales y culturales e identificar claramente a los
enemigos del país. Hitler sabía lo que quería implementar y también sabía cómo
lograr que el pueblo Alemán exigiera una política de exterminio y sumisión.
Cuando Hitler asume
como Canciller en 1933, se produce casi automáticamente la disolución del
Reichstag y tras la ejecución de algunas medidas tomadas siguientemente, no fue
necesaria la utilización de la violencia para someter al pueblo Alemán. En
febrero de 1933 se produce un incendio en el Reichstag y la responsabilidad
recae sobre un joven comunista. Este hecho le permitió, con el consenso del
pueblo y la anuencia de presidente Paul Von Hindenburg, firmar un decreto de
emergencia “para la protección del pueblo y del Estado” en donde se suspendían
las libertades civiles para poder hacer frente a la maliciosa escalada
comunista. La publicidad y los medios colaboraron para que las detenciones
fueran muy bien vistas y se transformaran en una herramienta de defensa
nacional.
Luego de las nuevas
elecciones parlamentarias. Hitler juntos a los nacionalistas tenían una mayoría
en el congreso. Esta situación le permitió primeramente subordinar a la
justicia para proteger al régimen. En este sentido, se determinó que la
justicia debía actuar con celeridad ante los ataques y las críticas al régimen.
También logró un cambio constitucional que le permitió aprobar las leyes
directamente en el Consejo de Ministros, salteando así al Parlamento. De este
modo, sin la participación de los socialistas y los comunistas, logro los
poderes plenipotenciarios de una manera aparentemente legal.
Hitler fue
imponiendo su régimen a través de una aparente legalidad. No necesitó hacer una
revolución para tomar el poder y someter a los ciudadanos. Fue generando el
consenso popular para que sus medidas sean aprobadas jurídica y socialmente. A
través de la propaganda direccionada a la amenaza comunista, generaba decretos
de protección al pueblo alemán restringiendo la libertad de expresión,
prohibiendo las reuniones y las manifestaciones, mientras tanto se inyectaba el
odio racial y el miedo que atentaban contra la prosperidad de los alemanes
“auténticos”.
Los hechos
propagandísticos le permitieron la ejecución de innumerables Decretos y leyes que
fueron aceptados con agrado por el pueblo alemán. Algunos de ellos eran sobre
“rumores maliciosos”, “ataques malévolos”, “sobre toda desacreditación al
Gobierno Nacional”, “creación de tribunales especiales” (eran llevadas personas
sospechadas de delitos políticos), “pena capital para los delitos como el
incendio de Reichstag con carácter retroactivo”, “encomendación a la Gestapo
misiones preventivas para frenar delitos políticos, permitiendo así encerrar a
los sospechosos en campos de concentración sin juicio previo”, etc.
Mientras todos esto
Decretos daban libertad de acción y represión, el pueblo alemán fue uniéndose
cada vez más al partido NAZI. Los Plebiscitos que se llevaban a cabo daban
números muy favorable a Hitler. Por ejemplo en 1933 el 95 % apoyó que Alemania
se retire de la Liga de Naciones y otro realizado en 1938 que proponía la
reunificación de Alemania y Austria, otorgaban los mismos porcentajes. Con las elecciones
pasaba algo similar, en noviembre de 1933 Hitler es acompañado por el 92% de
los votantes y en marzo de 1938 por el 99,9% (según el Nacional socialismo).
El régimen NAZI no
tuvo ni siquiera la necesidad de depurar la policía, sus miembros adoptaban con
agrado las reformas y designaciones que se les hacían. La creación de la
Gestapo tuvo como finalidad “restaurar la ley y el orden”, podían perseguir y
combatir cualquier intento político de destrucción del Estado. Los grupos de
comunistas eran despreciados en la sociedad, entonces pudieron ser juzgados a
muerte en esta cruzada.
Las decisiones
económicas también tuvieron este barniz de legalidad, porque al implementarlas,
se intentaba direccionar una conducta que permitiera luego un accionar legal.
Todos los logros económicos eran amplificados por los medios de comunicación y
se otorgaban préstamos a las parejas “racialmente correctas” o se atacaba
también el desempleo con la obligatoriedad del servicio militar o con la
creación de un campo de concentración como el de Dachau, en donde se presentaba
como una “esperanza para el mundo empresarial” y se acentuaba en las ventajas
económicas para una localidad muy golpeada por la desocupación.
Con respecto a la
persecución desatada a los judíos se actuó de manera similar. Es decir se
anteponía una campaña publicitaria antisemita y luego con el apoyo de las masas
se decretaban leyes tales como la de 1933 en donde se incitaba a “depurar de
judíos y otros elementos indeseables a los cuerpos de funcionarios civiles del
Estado” o la del “Comité de boicot” para empresas, productos, médicos y
abogados judíos.
Esta campaña
difamatoria contra los judíos llegó también a los estatutos médicos en donde se
debía contribuir a difundir la ideología NAZI y en donde existían “cuarteles
generales biológicos”.
Los judíos fueron
expulsados de las cátedras, perdieron sus derechos políticos y en 1941 se
decidió su exterminación biológica que mayoritariamente fue llevada a cabo en
los campos de concentración creados para tal efecto.
Ante semejante
desastre no hubo protestas ni manifestaciones que procuren detener la crueldad
NAZI. Casi todos los mecanismos de acción fueron aprobados y apoyados
jurídicamente, las leyes acompañaron un proceder que regó de crímenes, miedo y
terror a Alemania. Por su parte los medios de comunicación se encargaron de que
el pueblo alemán en su mayoría viera con agrado que la bandera de su país fuera
remplazada por la esvástica.
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